Me doy permiso

Me doy permiso para no andar corriendo por la vida -sin vivirla-
"Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena"Joaquín Sabina

miércoles, 28 de julio de 2010

Vuelvo a casa

Vuelvo con la maleta llena de sonrisas, de confesiones a media luz, de caricias, de besos, de abrazos. Traigo el equipaje repleto de imágenes que nunca olvidaré, de bellos lugares que visité, de campos de girasoles y de cereales.

Quizá no volvamos a coincidir en otras vacaciones como estás pero me quedaré con todo lo bueno y bello que hemos vivido.

Recordaré la alegría de las mellizas al despertar, los desayunos en el patio con el frescor de la mañana, los viajes en coche, los castillos de princesas, los partidos de ping pong, las timbas de póker, las parrilladas, las siestas en la piscina, las visitas inesperadas, el primer día solos en casa, la última tarde tranquilos en el patio, el atardecer en los campos sembrados de cereales, el reloj de la iglesia.

Vuelvo con energía renovada y con ganas de pasar más tiempo con mis seres queridos

jueves, 15 de julio de 2010

Cerrado por vacaciones

Estos días ando como loca de arriba “pa” bajo, llamando por teléfono, mandando “emilios”, y es que mañana por fin me voy de vacaciones.

Llevo cuatro meses organizando una escapada con mis amigos. La primera vez que vamos juntos después de toda una vida de amistad. La primera vez que vamos a convivir en una casa en un pequeño pueblo en la ancha Castilla. Y espero que vaya todo genial y no sea la última. La pena es que todos no pueden ir. Imposible cuadrar tantas agendas. Pero vamos una buena representación del grupo. Y recordaremos a los que no han podido venir y brindaremos por ellos. Ya nos veremos en Agosto en las fiestas del pueblo.

Echaré de menos mi casa, mi cama, mi gata, mi ordenador, mi mundo virtual, pero tendré los pies en la tierra y estaré en mi mundo real.

miércoles, 14 de julio de 2010

Me gusta…

Me gusta el olor a tierra mojada en los días calurosos de verano.

Me gusta sentir el calor del sol en mis mejillas y oír a lo lejos las risas de mis amigos.

Me gusta que me regalen un te quiero al oído y sentir el calor de un abrazo.

Me gusta comer regalices.

Me gusta el olor de los tomates recién cogidos de la tomatera.

Me gusta el sabor del vinagre.

Me gustan las naranjas y los limones.

Me gustan las flores.

Me gusta el olor de las fucsias de mi jardín.

Me gusta ver jugar a los niños.

Me gusta ponerme zapatos muy altos de tacón muy estrecho.

Me gusta andar descalza y sentir el frescor de la hierba bajo mis pies.

Me gustan las noches de verano.

Me gusta bailar hasta que me duelan los pies.

Me gusta escuchar música y tararear a la vez las canciones.

Me gusta pasear entre las estanterías repletas de libros de las bibliotecas.

Me gustan las papelerías y olor de los libros nuevos.

Me gusta abrir tus regalos.

Me gusta escuchar el silencio.

Me gusta las soledad.

Me gustan tus poemas, me gusta tu poesía.

Me gustan las matemáticas y jugar a descifrar acertijos.

Me gusta la piscina de mi pueblo y pasar las tardes de verano en ella.

Me gusta sentir que estoy viva.

Me gusta vivir.

viernes, 9 de julio de 2010

La vida de María

A María no le gusta la vida que lleva y a menudo sueña con ser otra, con cambiarla con cualquiera. Se sienta en un banco en el parque y se imagina que las vidas de las personas que pasan al lado suyo y ni la miran son mucho mejores.

María odia levantarse cada mañana y saber todo lo que le va a suceder durante el día. Sabe que su jefe se quejará del trabajo que ha hecho, sabe que su marido cuando llegue a casa no le dará un beso ni le agradecerá que dejara la casa recogida y la comida hecha antes de irse al trabajo, sabe que ninguna de sus amigas la llamará para salir a ver escaparates, sabe que cuando se vaya a dormir con su marido ya no harán el amor y se darán las espaldas para dormir.

María siempre soñó con una vida mejor, al menos más feliz y no sentirla tan vacía como la que tiene. Con tener un motivo cada mañana por el que levantarse y sonreír. María quiere cambiar de trabajo, quiere llamar a sus amigas y salir con ellas otra vez. María quiere hablar con su marido y volver a hacer el amor a cualquier hora del día en cualquier rincón de la casa. María quiere que todo cambie para que vuelva a ser como antes. María no se atreve a cambiar.