Han pasado los años y todo es diferente. Ya no odio mi pueblo sino que me siento muy orgullosa de ser de pueblo y lo digo bien alto y claro para que se enteren bien. Por circunstancias de la vida vivo en Cáceres no es una ciudad grande como Madrid, Barcelona o Bilbao, pero tiene los inconvenientes de vivir en una ciudad y las ventajas. Y ahora entiendo porque prefieren pasar el mes de agosto o cualquier fin de semana perdido en el calendario en ese pueblo cada vez más pequeño. Y es que es donde crecimos y aunque falten algunos servicios que parece que una ciudad sin ellos no es nada, hay otras cosas que en la ciudad no encuentras.
Me encanta pasear por las calles serpenteantes y estrechas con sus casas viejas de piedra que si un día caluroso te acercas a la puerta y puedes oler el frescor que hace en el interior. LLegar a la plaza del ayuntamiento y beber un poco de agua de la fuente que hay al lado. Y seguir calle abajo hasta llegar a la plaza de la iglesia. Y acercarme hasta la plaza del pozo, que ya está tapado pero que cuando era pequeña estaba descubierto.
Me gusta sentarme en los bancos de la plaza a ver pasar la gente, a los niños con las bicicletas y los balones de futbol, a las niñas con 15 años con sus zapatitos de tacón y sus ojos pintados que empiezan a jugar que son mayores. A los mayores que van a jugar la partida todas las tardes. A las amas de casa con el carro de la compra. A los olivareros que regresan de coger aceitunas. A los cazadores que vienen de guardar la caza del día para obsequiarsela al pueblo el día de la festividad del patrón. A las madres con sus niños pequeños que van de paseo. A las señoras que acuden con sus esterillas a las clases de gimnasia de mantenimiento. A las parejas que van a bailes de salón. Me gusta pasear por sus calles y ver a las viejas sentadas a la solana con el ganchillo en la mano. A los gatos buscando el sol.
Me gusta la piscina en el verano. Salir por las noches y sentarme en las terrazas de los bares, el alejarme del pueblo dos metros y ver todas las estrellas del firmamento.
Ahora que no estoy allí lo echo de menos pero me siento muy orgullosa de decir que SOY DE PUEBLO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario