Me doy permiso
viernes, 29 de enero de 2010
Mi pueblo
miércoles, 27 de enero de 2010
Después del amor
Tendida tú aquí, en la penumbra del cuarto,
como el silencio que queda después del amor,
yo asciendo levemente desde el fondo de mi reposo
hasta tus bordes, tenues, apagados, que dulces existen.
Y con mi mano repaso las lindes delicadas de tu vivir
retraído.
Y siento la musical, callada verdad de tu cuerpo, que hace
un instante, en desorden, como lumbre cantaba.
El reposo consiente a la masa que perdió por el amor su
forma continua,
para despegar hacia arriba con la voraz irregularidad de
la llama,
convertirse otra vez en el cuerpo veraz que en sus límites
se rehace.
Tocando esos bordes, sedosos, indemnes, tibios,
delicadamente desnudos,
se sabe que la amada persiste en su vida.
Momentánea destrucción el amor, combustión que
amenaza
al puro ser que amamos, al que nuestro fuego vulnera,
sólo cuando desprendidos de sus lumbres deshechas
la miramos, reconocemos perfecta, cuajada, reciente la
vida,
la silenciosa y cálida vida que desde su dulce exterioridad
nos llamaba.
He aquí el perfecto vaso del amor que, colmado,
opulento de su sangre serena, dorado reluce.
He aquí los senos, el vientre, su redondo muslo, su acabado
pie,
y arriba los hombros, el cuello de suave pluma reciente,
la mejilla no quemada, no ardida, cándida en su rosa
nacido,
y la frente donde habita el pensamiento diario de nuestro
amor, que allí lúcido vela.
En medio, sellando el rostro nítido que la tarde amarilla
caldea sin celo,
está la boca fina, rasgada, pura en las luces.
Oh temerosa llave del recinto del fuego
Rozo tu delicada piel con estos dedos que temen y saben,
mientras pongo mi boca sobre tu cabellera apagada.
lunes, 11 de enero de 2010
Cruzando el paraiso
És tan fácil dar,
sin pensar en uno mismo,
vayas a dónde vayas,
encontrarás espejismos.
Somos tan iguales
y a la vista tan distintos,
yo bajando a los infiernos y
tú cruzando el paraíso.
Para ti la vida qué te lleva,
para mi la vida qué me quema,
tenías tanto qué aprender y
yo tanto por demostrar, por un instante,
la Eternidad.
Nada permanece,
todo se desvanece,
sé qué no puedo quejarme,
trataré de no engañarme.
Simple cuestión de tiempo,
llegar al precipicio,
yo bajando a los infiernos y
tú cruzando el paraíso.
Para ti la vida qué te lleva,
para mi la vida qué me quema,
tenías tanto qué aprender y
yo tanto por demostrar, por un instante,
la Eternidad.
Me sobraba vida para darte,
fotogramas qué olvidé al revelarte,
ahora ya es demasiado tarde,
qué difícil és, qué difícil és...
Para ti la vida qué te lleva,
para mi la vida qué me quema,
tenías tanto qué aprender y
yo tanto por demostrar, por un instante,
la Eternidad.
Para ti la vida qué te lleva,
para mi la vida qué me quema,
tenías tanto qué aprender y
yo tanto por demostrar, por un instante,
la Eternidad.
Loquillo y los trogloditas, Balmoral
domingo, 10 de enero de 2010
Paradojas

viernes, 8 de enero de 2010
Caminando por la vida
miércoles, 6 de enero de 2010
Flores raras
junto a la playa,
hay una casa con el tejado azul
y tres ventanas.
Si le ves, dile que estoy bien
y que aún me acuerdo
de lo fríos que encontré sus pies
en ese invierno oscuro tan extraño.
Ahora sé que su corazón
estaba blindado
y en cambio el mío
era como un tambor aporreado.
Él me dijo: si vienes de paseo
me gustaría hacer noche
envuelto entre tu pelo
por esos días que tuvimos en las manos.
Flores raras.
Flores raras.
¿Sabes? No me paré a pensar
mientras guardaba
todas mis cosas para correr detrás
de una corazonada.
Ahora sé que fue una estación
en el viaje.
Estas flores son sólo lo que son,
crecen salvajes y no saben lo que hacen.
Flores raras.
Flores raras.
Flores raras.
Hace dos años le vi en un café
con una niña que hablaba francés.
No dije nada, no me acerqué.
Todos los besos acaban por ser ...
Flores raras, flores caras.
Flores raras, flores caras.
Flores raras, flores caras.
Flores raras, flores caras.
Flores raras ...
Flores raras...
Mi pequeño animal (1994)