Pinto mis labios de rojo delante del espejo pensando en ti.
Delicadamente paso un perfilador rojo por la comisura de mis labios mientras pienso la última vez que me mordiste los labios. Y un escalofrío recorre mi espalda y mi piel se eriza.
Unto el pincel en la barra de labios y me dedico a rellenar mis labios no son carnosos pero tampoco son finos, se que te gustan y por eso los pinto con esmero.
Los miro y los remiro, repaso mis labios. Retiro el exceso en un pañuelo de papel, siempre me ha gustado ver mis labios en un papel. Están perfectos. Se que te gustaran aunque no les vas a prestar atención.
Quedan unos minutos hasta que te vuelva a ver, hasta que desaparezca el maquillaje de mis labios. Hasta que desaparezca el rojo de mis labios y solo pienso en ese momento de morderte la boca. De comerte a besos, de que me comas a besos.
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